Gracias a Lisa a Matsuda hace aproximadamente 25 años conocemos que existen receptores neuronales sensibles al thc.
Este descubrimiento abre una línea de investigación que nos lleva a descubrir una red notablemente compleja de receptores expresados en células del sistema nervioso central y periférico: los receptores de cannabinoides CB1.
Posteriormente se descubriría también el receptor de cannabinoides tipo 2 (CB2), que se encuentra principalmente en el sistema inmune, el sistema digestivo (tracto gastrointestinal) y muchos de los principales órganos del cuerpo.
Los receptores de cannabinoides se localizan en la superficie de las células y “escuchan” las condiciones de fuera de la célula. Luego transmiten la información sobre esas condiciones cambiantes al interior de la célula, iniciando la respuesta celular adecuada.
El descubrimiento de los receptores CB1 y CB2 provocó una búsqueda de los químicos similares a los cannabinoides dentro del cuerpo que interactúan naturalmente con estos receptores recién descubiertos: los endocannabinoides.
Qué son los endocannabinoides
Moléculas naturales similares a los cannabinoides de la planta (pero producidas por el cuerpo humano) que actúan como “mensajeros” químicos y que ayudan a coordinar y regular todo lo que sentimos, pensamos y hacemos.
Y comenzaron a darse cuenta de que el cannabis ejercía sus efectos, en parte, imitando a nuestros endocannabinoides (también llamados cannabinoides endógenos, endo = dentro del cuerpo). Así, hasta el momento los científicos han identificado dos endocannabinoides clave: la anandamida (también llamada “la molécula de la felicidad” y que recibe su nombre de la palabra en sánscrito “ananda”, que significa “alegría o dicha”) y el 2-araquidonoilglicerol (2-AG).
Para terminar nos topamos con las enzimas metabólicas. Después de que los endocannabinoides se han unido a los receptores cannabinoides y han cumplido su propósito de señalización, las enzimas del sistema endocannabinoide trabajan para descomponerlos, evitando que se acumulen en exceso.
Así como hay dos endocannabinoides, hay dos enzimas principales para descomponerlos (las enzimas FAAH y las enzimas MAGL) y que aseguran que los endocannabinoides se usen cuando se necesiten, pero no por más tiempo del necesario.
Esto distingue a los endocannabinoides de muchas otras señales moleculares en el cuerpo, como las hormonas o los neurotransmisores clásicos, que pueden perdurar durante muchos minutos, o pueden almacenarse para su uso posterior.
Aún hoy no tenemos la información completa de lo que el sistema endocanabinoide hace pero si podemos asegurar que ayuda a ajustar nuestras funciones fisiologicas vitales a través de su función principal, mantener la homeostasis corporal que afecta a todos los sistemas corporales el sueño, apetito, inflamación, dolor sexualidad y reproducción, la memoria, el estado anímico etc. asegurando el funcionamiento coordinado y armónico de todos os sistemas corporales.
Referencias de interés: