Al cánnabis, como al cerdo

Hace un tiempo la ministra de sanidad planteó un borrador de Real Decreto ley que regula el cannabis en el estado español para ampliar o regular su uso en el campo médico. 

En principio el Real Decreto sólo intenta regular el uso de cannabis con THC para uso médico, formulas magistrales para alguna enfermedad concreta, no es que sea ambicioso precisamente respecto a ayudar a pacientes… pero aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid ya se encarga también de crear una mayor  inseguridad jurídica sobre el cannabis no psicoactivo en un sector que ya de por si, camina en la cuerda floja.

Esto último, no se debe a la ley que está en vigor, o las leyes internacionales que se refiere al cannabis no psicoactivo ya que si nos ceñimos a estas leyes , las existentes desde 1971 hasta hoy; el cannabis si no es psicoactivo debería de tener el mismo tratamiento que cualquier vegetal, al no colocar y no tener elementos adictivos.

Sea por lo que sea este Real Decreto se encarga de crear mayor inseguridad jurídica, dándole a policías y jueces ideas confusas que pueden ser usadas para precintar campos, cerrar tiendas, incautar envíos…mientras abre las puertas a grandes empresas y allana el camino para un siguiente paso que elimine todo lo que estorbe a estas empresas.

Teniendo en cuenta que nosotros nos dedicamos plenamente a la producción de cannabis y productos de origen cannábico desde hace ya más de dos décadas y que he sufrido en mis carnes las consecuencias de las leyes y opiniones de personas competentes (cuerpos de seguridad, fiscales y jueces) demasiadas veces, esta información suscitó mi interés y sobre todo mi reflexión.

Recuerdo el verano de 2021, cuando el abogado que me representaba, “un experto en la materia”…que diría él, con más ganas de pillar tajada que de hacer su trabajo, como casi todos los del gremio en la actualidad, me presentó a una persona, futuro socio del que era mi abogado en aquella época, que me traía en primicia el borrador de ley que presentaría PODEMOS en los siguientes meses en el congreso.

Esta jugada, cómo no, venía acompañada de un plan de negocio, y en ese plan estaban interesados y/o dentro ya, distintos representantes públicos que, conociendo la posible deriva regulatoria, iban avanzando en un camino lucrativo y posicionándose ante un suculento negocio.

Después se bloqueó el proyecto no de ley y todo aquello se quedó en agua de borrajas, pero ya muchas personas, grandes empresarios, representantes públicos y administración, habían tomado posiciones. 

Hoy en día, CETARSA, empresa dedicada al tabaco en Extremadura y que monopoliza su cultivo y distribución, ya ha introducido su cultivo controlado en su zona , junto con CETAEX, empresa privada con financiación pública, preludio de su comercialización junto con el tabaco en estancos o al menos un posicionamiento estratégico en esa dirección. 

También en Extremadura, una importante empresa de construcción con vínculos íntimos con la junta de Extremadura crea una planta de procesado para construir paneles de fibra de cáñamo destinados a exportación a África y otras zonas en procesos de reconstrucción…

Importantes marcas de perfumería incluyen fragancias de cannabis en el mercado y un sinfín de empresas introducen productos cannábicos sin ton ni son en las más importantes cadenas de supermercados, suministrando sucedáneos con la excusa de un mercado emergente.

Dentro de poco podría pasar a ser la alternativa vegana como solución al cambio climático o cualquier mierda que justifique la razón de mercado. En definitiva, el tren del capital a partido, el cannabis es un vagón más y todos los que llevamos luchando contra las políticas prohibicionistas y siendo víctimas policiales y judiciales mientras nos dejábamos los cuernos por abrir un mercado sostenible no es que quedemos fuera del vagón es mas bien que quizá nos pasa por encima.

Antes de empezar a trabajar en el mundo del CBD, hace ya años, mi dedicación exclusiva era  sobre plantas con THC y terapias. Toda actividad era clandestina y cualquier persona que adquiriera cualquiera de los materiales que podía suministrar , flores, aceites, extracciones… interactuaba en este ámbito clandestino conmigo. Aquí haré un elogio a este mundo, en el que, al contrario de en el que actualmente me muevo, las cosas estaban siempre claras, las personas eran personas y dentro de el marco de fiar , al menos en mi caso, nadie intentó pisarme para parecer más alto.

En este periodo, con mayor o menor éxito, me hice un hueco en el mercado de asociaciones y entre algunos consumidores y mantuve en el tiempo distintas relaciones que se fue abriendo paso hasta descubrir el mundo den cannabis no psicoactivo. Hoy en día, una vez prescritos cualquiera de esos actos, puedo hablar de ellos sin tapujos.

Hoy en día vemos como los mismos que durante décadas se esforzaron en penalizar, prohibir, desinformar y criminalizar algo, mueven sus fichas para enriquecerse y encajar las piezas antes de que la inminente regulación del cannabis se haga 100% real. 

De este modo , ralentizan los procesos legislativos y van repartiendo competencias. Introducen criterios a través de circulares internas (véase la circular de la fiscalía o la de tabacalera ) con las que se quitaron de un plumazo al 90% de los agricultores de cannabis en el estado e intimidaron a todos los estanqueros para que no vendieran flores, hasta que sea la misma tabacalera quien tenga la competencia o los cultivos de cañamo industrial reporte más beneficios al estado que al agricultor.

Hoy hablamos de la regularización del cannabis medicinal lo cual introduce, cómo no, a la AEMS, a asociaciones “legítimas” de consumidores y productores con fines medicinales, algunas de las cuales tienen incluso representación político-parlamentaria, médicos, clínicas, (aquí se cuela el sector de salud privado) industria farmacéutica, etc.y otros actores que esperan su momento como el cluster o patronal de cannabis CLUSSCANN.

Son estos los actores que se reparten el pastel en este primer paso, dejando una vez más atrás, o mejor dicho, pisando a todo el sector, que incluye desde el usuario de a pie de cualquier producto cannábico hasta a cualquier productor o técnico de la materia que no trabaje en el exclusivo mundo farma.

Cuando se trata este tema en algún medio de comunicación relevante o divulgadores de opiniones interesadas, se trata desde el prisma de la rentabilidad económica que supone la regularización, en seguida hacen números y justifican esa regularización en base a la increíble inyección económica que supondría en impuestos, ni siquiera hablan de sus intereses personales en la industria.

Aún hoy, es anecdótico oír hablar a algún representante público o defensor de la regularización, alegando las propiedades positivas en la salud o la necesidad de normalizar un consumo real y existente y descriminalizarlo que no este en el ajo. O el respeto y reconocimiento de un porcentaje de la población a su legítimo derecho a decidir las sustancias que cultiva y o ingiere y mucho menos reconocer la hipocresía que supone la situación actual, las razones que la originan, las víctimas que ha ocasionado y ocasionará todo lo relacionado con la postura legal del estado hacia el cannabis y todo lo recaudado hasta hoy gracias a una ley que criminaliza el cannabis.

  • Cannabis y farma

Es bien conocido que la industria farmacéutica necesita trabajar con moléculas estables y de ahí que los principios activos de los fármacos sean aislados o sintéticos, que en el caso del cannabis según los estudios no ofrecen los mejores resultados a nivel terapéutico, sino que además, algunos componentes tienen severas contraindicaciones. Pero claro, esto nos llevaría a analizar el complejo mundo de la medicina y aún más complejo mundo de las terapias naturales y los recovecos que en ellos hay.

Personalmente, a la hora de comercializar productos cannábicos naturales, he chocado con muchos muros. No es fácil para la administración introducir ingredientes naturales de origen cannábico, no existen INCIS determinados o hay muchos componentes que están catalogados como estupefacientes sin serlo.

Las investigaciones que ensalzan las propiedades del uso del cannabis, siempre de la mano del interés empresarial de turno, están a años luz de poder evidenciar muchas de sus virtudes, quizás porque sus patrocinadores todavía no han encontrado el nicho de mercado pertinente.

Y así asistimos por parte de casi cualquier organismo a un tratamiento similar al que se ofrece a cualquier otra mercancía, apropiación, desnaturalización, fabricación y venta con su consiguiente explotación de productores y consumidores y, cómo no, todo envuelto en el mejor embalaje de marketing y oportunidad. Vamos que habrá quien además de hacerse rico a nuestra costa se lavará la cara vendiéndose como defensor progresista de causas alternativas.

Como decía, en la actualidad, tenemos una empresa de producción, distribución y venta de productos cannábicos. Es nuestra fuente de ingresos y el pilar económico de nuestra familia, así como “fuente de aventuras de nuestro día a día”. Con esto dejo claro que nuestra supervivencia, enriquecimiento o ruina dependen de esta empresa y estoy del lado de hacer negocio y rentabilizar nuestro trabajo. Nos esforzamos, como tantas otras empresas del sector, en ser transparentes, ofrecer calidad y beneficiarnos única y exclusivamente de nuestra trabajo  y, a pesar de esto, ante la hipócrita paradoja que supone a lo que se llama regularización del cannabis, personalmente, solo puedo decir, a falta de un mejor escenario más ético e inclusivo, como dijo Darmo hace años: MANTENLO ILEGAL.

Bien es verdad que durante mucho tiempo quizás podría habérsele tildado de despreocupado agropunk que cultiva y hace sus “pociones” al margen de cualquier ley y orden; y ahora por el contrario se me juzgaría por algunas personas como empresario pureta que mira por sus intereses y se caga en la ley y el orden. Pero desde mi perspectiva nada más lejos de la realidad en ambos casos.

 Incluso es posible que las observaciones anteriores sean aplicables a cualquier otro sector mercantil. Pero en este caso y ahora muy en serio solo deberian ciñirse a la ley y dejar en paz a cualquier agricultor, vendedor, distribuidor, manipulador o consumidor de cannabis no psicoactivo, señores políticos, jueces y policías esto es igual que el perejil según las leyes que nos aplican. Por eso todos los casos claros después de dar muchas vueltas suelen quedar archivados.

Creo que como muchas otras personas que habrán vivido muchas similitudes, somos un testimonio y podemos aportar, además de infinitos conocimientos técnicos específicos sobre el mundo del cannabis, en mi caso, mi más auténtica repulsa ante la postura de las administraciones, hacia el tratamiento que se da a lo que por una u otra cosa es nuestra profesión. 

En confianza reconozco que no descarto marcarme un “trainspotting” en algún momento de mi vida y hacerle la gracia a algún magnate mangante, ya que como todas las personas vivo en este mundo y solo soy uno más, pero aún hoy eso no ha sucedido y aún hoy puedo señalar la hipocresía y el desastre que, como digo, puede que mañana si no funciona el plan A o el B … pues se convierta en el C y sea la que me dé de comer. 

Quizás te preguntarás cuál será la situación ante la inminente regularización por fascículos que vivimos. 

Pues bien, puedo avanzar que, por desgracia, el capitalismo que impera en cada una de las células que nos rodean hará que cualquier producto legal futuro sea más caro, de menos calidad y de producción menos ética que lo que hoy podemos adquirir hoy. 

Y no es que hoy estemos en el mejor momento, ya que hay más basura y merchandising que nunca antes. Pero aun así, la falta de regularización, con todos los inconvenientes que conlleva, también introduce actores, los menos, con visiones personales del negocio y aún conserva cierto romanticismo que hace que algunas personas intenten conceptos con una relación calidad precio honesta. 

Así que hago una llamada a consumidores y pequeños empresarios: aprovechemos estos últimos momentos antes de que nos quiten la venda de los ojos y nos muestren el buen camino, el único camino donde todos pasaremos a enriquecer a los de siempre y gracias a ellos descubriremos las infinitas virtudes y toda la versatilidad del cannabis de la forma más perversa.

VeraSeed.

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